miércoles, 26 de enero de 2011

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La Audiencia Provincial de Navarra acaba de marcar un importante precedente para quienes, ante la imposibilidad de seguir pagando su hipoteca, han perdido la vivienda en una subasta y además, deben seguir pagando la deuda al banco.

Según el Auto 111/2010, la entidad bancaria que ya había ejecutado una hipoteca y se había adjudicado el inmueble por el 50% del valor de tasación, no puede seguir reclamando la deuda restante a la familia.

La sentencia responde a la demanda de un banco, que quería proseguir con la ejecución de una deuda hipotecaria, aunque en primera instancia un juzgado ya había determinado que no había lugar a tal petición. El Tribunal considera que el banco había tasado la vivienda por una cantidad que satisfacía con creces la deuda hipotecaria que recaía sobre la familia.

Además, en el Auto recuerda que las entidades bancarias tienen una "responsabilidad insoslayable" en la crisis que estamos padeciendo, y que es precisamente esta crisis la que ha dejado en paro y sin ingresos a muchas familias que en estos momentos no pueden hacer frente al pago de la hipoteca.

De hecho, uno de los argumentos de la entidad bancaria es que la vivienda había perdido valor y por lo tanto, era necesario volver a tasarla y recalcular la deuda con la familia. Dice el Auto que “moralmente es rechazable que se alegue para intentar continuar la ejecución, la pérdida de valor de la finca que servía de garantía al préstamo (...) siendo que dicha pérdida de valor es directamente achacable a la crisis económica, fruto de la mala praxis del sistema financiero”

Según explica la Plataforma Afectados por la Hipoteca "esto abre una vía judicial para todos aquellos a los que ya les han subastado la vivienda y se han quedado con una deuda". Además, la Plataforma lo asume como un precedente para seguir luchando por lo que consideran la mejor solución a la crisis hipotecaria: que las viviendas sean aceptadas como pago de la deuda.

Sin embargo, la Plataforma lamenta que "sea desde un juzgado y no en las cortes legislativas donde se vislumbre una posible salida para las miles de familias inmersas en un proceso de ejecución hipotecaria. Es un síntoma más de una democracia débil que ha claudicado frente al poder y el chantaje de las entidades financieras."

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